¿POR QUÉ EL AGUA DE MAR
ES SALADA?
(versión para
aquellos cuyos su pensamiento se quedó con hambre al ver el vídeo)
José A. García Álvarez
ORIGEN DE LOS
MARES Y OCÉANOS,
Y SU
SALINIZACIÓN
Hace unos 4 650
millones de años atrás La Tierra era una masa caliente donde no existían
continentes, ni océanos, ni mucho menos seres vivos. A medida que se fue
enfriando, de entre las rocas y desde el interior del manto subterráneo,
comenzaron a surgir por mediación de los géiseres que se formaban en la
superficie, gases volátiles y otros ligeros como el vapor de agua, que al salir
a la atmósfera y enfriarse se condensaba y convertía en agua de lluvia. Esa
agua cayendo constantemente sobre la superficie terrestre dio origen a la
formación de mares y océanos, aunque en un principio no eran precisamente de
“agua salada” tal como lo conocemos hoy en día, sino de “agua dulce”.
CÓMO SE
CONVIRTIÓ EN SALADA EL AGUA DE LOS MARES Y OCÉANOS
Junto con la
lava de las erupciones volcánicas y el vapor de agua que brotaba a presión
desde el interior de la Tierra surgían también determinadas cantidades de cloruro
de sodio (NaCl) o sal común, acompañada de otros elementos químicos como el
potasio, magnesio, sulfato, calcio, bicarbonato y bromuro. Al ser esos
elementos mucho más pesados que el vapor de agua que los explusaba hacia la
superficie terrestre, quedaban depositados entre las rocas por donde salían las
columnas de vapor. Ese proceso de acumulación de elementos sólidos durante
miles de años dieron lugar a la formación de los continentes.
De la misma
forma que cuando agregamos sal a un vaso de agua ésta se disuelve si revolvemos
con una cuchara, la lluvia que caía sobre los continentes en formación disolvía
y arrastraba a su paso la sal y el resto de los elementos químicos solubles en
agua que se encontraban depositados entre las rocas y sobre la superficie
terrestre, dirigiéndola hacia los mares y océanos.
A pesar de los
millones de años transcurridos desde el surgimiento del planeta Tierra, el
proceso de salinización del agua de mar no se ha visto
interrumpido en ningún momento, pues
además de la sal que los torrentes de lluvia que caen sobre los
continentes continúan arrastrando hacia
los mares y océanos, el proceso de salinización también
se produce cuando el agua de mar se filtra por las grietas de las aberturas
hidrotermales existentes en el propio lecho marino, donde también hay
acumulaciones sal.
El agua del mar
al penetrar en el interior de la Tierra por filtración a través de esas
aberturas, se calienta y mezcla con la sal ahí depositada. Ese proceso provoca
que cuando sea devuelta de nuevo al mar, incremente su salinidad. Además, las
propias erupciones volcánicas submarinas y la lava que vierten al mar los
volcanes que se encuentran sobre la superficie terrestre junto a las costas,
contribuyen a mantener, igualmente, el proceso de salinización al disolverse en
el mar la sal contenida en la lava.
La salinización
del mar constituye un ciclo que se mantiene de forma ininterrumpida desde hace
millones de años debido a los siguientes procesos naturales: 1. Erupciones
volcánicas. 2. Evaporación de la propia agua del mar. 3. La lluvia. 4. Los
deshielos. 5. Desembocadura de los ríos. Tanto la lluvia, como el deshielo y el
cauce de los ríos arrastran hacia el mar la sal depositada en la superficie
terrestre.
Por otra parte,
la salinidad del mar no es la misma en todos los lugares. A ello contribuyen
diferentes factores como el derretimiento de las masas de hielo de los polos,
la desembocadura de los ríos, la propia evaporación, la lluvia, las nevadas, el
viento, el movimiento de las olas y las corrientes marinas. Por ejemplo, el
agua que rodea los polos es menos salada que la del Mar Báltico y
ésta última, a su vez, es menos salada que la del Mar Mediterráneo.
Por otra parte, el “Mar Muerto” contiene un grado de salinidad tan alto (350 gramos por litro),
que no existe vida en sus aguas. Incluso una persona que intente sumergirse ahí
con el grado de salinidad tan alto que contiene, le resultará prácticamente
imposible hacerlo. Incluso puede flotar perfectamente acostado boca arriba
sobre su superficie y leer hasta un periódico si lo desea manteniéndose en esa
posición sin realizar mucho esfuerzo.
La Tierra es el
único planeta del sistema solar que contiene agua en estado líquido en su
superficie, y los mares y océanos cubren aproximadamente el 70 % de su
superficie. Se considera que la mayoría del agua contenida en los mares y
océanos contiene, como media, sólo un 3,5 % de sal (35 gramos por litro), así
como otros minerales disueltos, aunque esa pequeña cantidad es suficiente para
que no se pueda beber.
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